miércoles, 16 de abril de 2008

Jubilación ("viva alegría, júbilo")


Comida en Tolosa anteayer. En el lado izquierdo, Aitor Elduaien, Josu Iztueta y Agustín Egurrola. En el lado derecho, mi plato de petit choux bañados en chocolate, Ramón Olasagasti y Loli Etxetxipia.

Agustín tiene 74 años y dentro de poco viajará a Praga. Desde allí caminará hasta la orilla del mar en Polonia, en la segunda parte de su viaje a pie por el centro de Europa (del Adriático al Báltico).

Agustín es de Etxebarri (Vizcaya) pero vive desde los 31 años en Sheffield (Inglaterra), donde se casó y tuvo dos hijos. Ha recorrido todo el mundo caminando, pedaleando o viajando con un burro. Le gusta dormir al aire libre o en su tienda de campaña. Todas las noches escribe los detalles de sus viajes, luego fotocopia y encuaderna esos diarios y los regala a los amigos. Algunos de sus títulos: España y Portugal, a golpe de pedal y Sudamérica en bici. Viajes de un jubilado.

Cuando se jubiló, decidió recorrer los cinco continentes a pie o en bici.

Con 66 años pedaleó por Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay.
Con 70 años cruzó Canadá en bici durante tres meses.
Con 71 años cruzó Australia en bici durante seis meses.
Con 72 años viajó desde Sudáfrica hasta Egipto, a pie y en transporte público.
Con 73 años pedaleó por Turquía, Irán, Pakistán y China.
Con 74 años está atravesando el centro de Europa a pie, del Adriático al Báltico.

Dice que la Antartida no, que es muy friolero.


Estos días anda visitando a sus amigos por el País Vasco. Después de la comida en Tolosa, le acerqué en furgoneta hasta Donosti. Allí quería coger el tren para acercarse a Orio y visitar a no sé quién, pero como hacía muy buena tarde, me pidió que no le dejara en la estación sino cerca del mar: quería recorrer el Paseo Nuevo antes de irse a Orio. Después de la visita en Orio, planeaba ir en tren a Billabona y caminar cinco kilómetros hasta Asteasu, donde iba a cenar en casa de unos amigos.

Antes, en la furgoneta, me había contado su pena: que empezó muy tarde con los grandes viajes. Y a Josu y a mí nos hizo un encargo: junto al lago islandés de Myvatn, en la cumbre de una montaña con forma de pirámide, dejó hace cuarenta años un frasco de cristal con un mensaje. Nos pidió que lo buscáramos. Un encargo así hay que cumplirlo. O al menos intentarlo.

(Aquí van unas imágenes. Pinchad y se ampliarán. En la primera, fotos de los pedaleos de Agustín por China, cuando tenía 73 años. En la segunda, uno de los mapas que dibuja; en este caso, el de su viaje por Australia. En la tercera, fragmento de una de las fotocopias que Agustín reparte, a propósito de la vida sencilla).








7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace un montón de entradas recibí loas por tu parte: MAJ, que no te había dado clase, te dejaba escribir en NT lo que necesitaras para contar bien las historias. Bribón: no liquides una vida apasionante en tan pocas líneas...

Ander Izagirre dijo...

No es que no quiera, MAJ, es que no puedo. Y no sabes la pena que me da. Pero con Agustín sólo compartí una comida -con otros cuantos comensales- y un rato de furgoneta. Sólo puedo escribir un telegrama sobre él. Pero menudo telegrama, ¿eh?

Anónimo dijo...

Tan jugoso como lo que hay sobre la mesa...

alvarhillo dijo...

Un tarro de cristal con un mensaje, dejado hace cuarenta años en la cumbre de una montaña en forma de pirámide junto a un lago en Islandia. Ni Julio Verne habria ideado mejor trama. Que pedazo de aventura. Cuando vayais mantenednos informados.
74 años, jolín que envidia y aún dice que empezó tarde. Anda que si llega a empezar pronto...

eresfea dijo...

Un fenómeno, el friolero.

Ander Izagirre dijo...

Verne, alvarhillo, Verne. No sabes cómo nos tienta el volcán Snaefell...

¿No habéis visto a Solzhenitsin en una de las fotos?

Jonathan dijo...

Hola Ander:

Acabo de descubrir un blogo interesante sobre fronteras
donde aparte de exponer la situación actual de Somalía (Leyendo ésto, la situación de los pescadores vascos es más que preocupante) también mencionan a un taxista vitoriano que busca un quinto acompañante para ir a Sanghai, que conociendo tus aficiones viajeras lo mismo te animas subir al taxi (la carrera puede salir por los 100.000 euros...)

Un saludo

PD:Anda que como el mensajito misterioso ponga "A que jode venir pa ná" o "tonto el que lo lea"...

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